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¿Cambios en el Episcopado?




Mañana, en la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), ubicada en la el Lago de Guadalupe, Estado de México, los obispos tendrán su CI Asamblea con tres temas a resolver: la renovación o reelección de su actual dirigencia, definir las líneas de su Plan Pastoral para los próximos tres años y evaluar la visita del Papa Francisco a México. Y en pasillos, los reacomodos en sedes episcopales que están por quedar vacantes. No descartable, la "despedida-agradecimiento" de Christophe Pierre como nuncio en México, quien cumplió el pasado 22 de marzo nueve años en el cargo con un trabajo aceptable.
 

Guadalajara y su VI Plan Pastoral

2 de abril de 2015. Promulgación del VI Plan Diocesano de Pastoral
La Arquidiócesis de Guadalajara está en un momento crítico que implicará decisiones en la estructura y formas de gobierno. El asunto central no es sí hacen faltan obispos auxiliares, sino si se requieren y para qué, aunque antes habrá que resolver asuntos de fondo: ¿a dónde va la Arquidiócesis de Guadalajara?, la cual no puede ni debe, por historia y capacidades, continuar viviendo de inercias endogámicas y autorreferenciales.
El pasado 2 de abril, José Francisco Robles Ortega promulgó y entregó al clero tapatío el VI Plan Diocesano de Pastoral con el cual marca la ruta a seguir en su gobierno pastoral. Es un Plan que amerita particular revisión; que en su contenido y propuesta da la impresión de notoria desvinculación-continuidad al V Plan, promulgado en 2008 por su antecesor JuanSandoval Íñiguez, e incluso con el II Sínodo Diocesano, de 1995. ¿Estos instrumentos no aportaron nada en tanto tiempo que amerite mantener y fortalecer?
El entorno-base de la acción pastoral de la Arquidiócesis (realidad) se ha modificado sustancialmente, pero ello no se observa en la nueva propuesta. Como ejemplo, el surgimiento de nuevos y crecientes núcleos poblacionales, el cambio y los nuevos retos en la participación social, política y cultural, la configuración de un vocacionamiento social en la región, los cambios en entornos y medios de comunicación interpersonal y colectivo; la movilidad que afecta al 80 por ciento de quienes viven en la Arquidiócesis con sus efectos en la familia: económicos, desintegración, etc.
El VI Plan parte de una realidad endógena, "de sacristía", sin "periferias" identificadas; una Iglesia que se habla a sí misma, sin un mensaje-propuesta que ofrezca algo hacia afuera;  con "lecturas" de la realidad  que se explican desde una visión maniquea o muestran desconocimiento craso: los medios de comunicación son "mala influencia", o en educación "mala voluntad de algunos maestros que atacan a la Iglesia". ¿Esa es la realidad que observan y de la que parte su plan?
Si este VI Plan es una plataforma de arranque, y en los próximos años "necesitamos conocer más profundamente la Diócesis" (Boletín Pastoral, No. 228, Mayo-Junio 2015. pág. 29), la tarea y el trabajo es mayúsculo, que implicará salir de la sacristía y casa cural, ir y estar en las periferias, ver y escuchar sin vendas-lentes, ni audífonos con "música predispuesta".
 

Incertidumbre en Guadalajara

Juan Sandoval, predecesor; Francisco Robles, sucesor en Guadalajara
La incertidumbre impregna al Presbiterio de la Arquidiócesis de Guadalajara.  No es cosa menor. Se trata de una de las Iglesias de México con el mayor número de sacerdotes: poco más de 1,400 y más de 450 parroquias. La transición de sus titulares, de Juan Sandoval Íñiguez a José Francisco Robles Ortega en febrero de 2012, cuando éste tomó posesión parece no tener un rumbo sólido y claro, principalmente entre los primeros colaboradores del obispo: los sacerdotes.
 

Guadalajara, ¿por obispos auxiliares?

7 de febrero de 2012, José Francisco Robles Ortega toma posesión de la Arquidiócesis de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, la entrega
En la Arquidiócesis de Guadalajara, en particular su presbiterio con poco más de 1,100 sacerdotes diocesanos y otros 350 religiosos, hay expectativa y ansiedad en torno a si su arzobispo, José Francisco Cardenal Robles Ortega, ya solicitó al Papa que le designe obispos auxiliares ahora que se quedó solo con uno, Juan Humberto Gutiérrez Valencia, tras las dimisiones anticipadas de Miguel Romano Gómez y José Trinidad González Rodríguez, la previa de Rafael Martínez Sáinz, y el traslado a otras diócesis de José Francisco González González y Leopoldo González González (no son hermanos).
 

¿Qué pasará en Guadalajara?

José Francisco Cardenal Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara
No me refiero al proceso político-electoral secular de Guadalajara que entra a su etapa más álgida; me refiero a que en la Arquidiócesis de Guadalajara ha quedado sin obispos auxiliares su titular José Francisco Cardenal Robles Ortega, y es un misterio sin resolver cuándo, cómo y quiénes podrían colaborar en una de las demarcaciones eclesiásticas más importante de México e incluso en toda la Iglesia católica.
 

¿Qué pasa en Guadalajara?

El presbiterio de la Arquidiócesis de Guadalajara, que lo integran casi 1,500 sacerdotes en 465 parroquias, con casi seis millones de habitantes, atraviesa incertidumbre. Cambios en la forma de gobernar del arzobispo, José Francisco Cardenal Robles Ortega, tiene en expectativa a los presbíteros, que mañana en la Misa Crismal en Catedral renovarán sus promesas sacerdotales ante su obispo.
Robles Ortega, quien asumió el encargo de Guadalajara en febrero de 2012, se queda sin obispos auxiliares. En julio de 2012, Rafael Martínez Sáinz, por edad renunció; en diciembre de 2013, Francisco González González, fue promovido a Campeche; en noviembre de 2014, Miguel Romano Gómez, renunció, no por edad pues tiene 55 años, sino por "otra causa"; y ahora en marzo, Leopoldo González González, fue trasladado a la nueva diócesis de Nogales, Sonora. Con esto, Guadalajara se quedó con José Trinidad González Rodríguez y Juan Humberto Gutiérrez Valencia, de 71 y casi 74 años de edad, respectivamente. O sea, cercanos a la edad de 75 para su dimisión.
Frente a las diócesis del país, que por su tamaño en población y presbiterio, y peso de los titulares que ocupan otras funciones extra diocesanas en el Episcopado o en el Vaticano, Guadalajara es la que menos auxiliares tiene. El DF tiene 9, Morelia, Puebla Monterrey 3, respectivamente, Tlalnepantla 2, y con un auxiliar cada una: Oaxaca, León, Tuxtla Gutiérrez, Yucatán y Durango.
El Código de Derecho Canónico establece que el obispo del lugar es quien pide al Papa uno o varios obispos auxiliares "cuando lo aconsejen las necesidades pastorales de una diócesis" (Canon 403, parágrafo 1).
Robles Ortega al parecer, al ver su paso previo en Tolucay Monterrey, no es dado a disponer de obispos auxiliares, pero sí a promover sacerdotes del lugar hacia otras diócesis, como sucedió con Alfonso Cortés y Ruy Rendón, del clero regiomontano y promovidos a otras Iglesias locales; y sólo un auxiliar, joven, Jorge Cavazos Arizpe, seis años después de su llegada a Monterrey  (2009, a los 45 años). Claro, al llegar Robles a Monterrey, ésta contaba con 2 auxiliares.
Pero Guadalajara no es Toluca ni Monterrey. Su dimensión en clero y población cambiante en dinámicas, plantean atención más cercana y personalizada. Si Robles Ortega no necesita de auxiliares, los vicarios episcopales requerirían más facultades y autoridad delegada.
 

"¡Basta ya! No queremos más sangre": CEM



Mensaje de los Obispos de México al Pueblo de Dios

¡¡BASTA YA!!

Sede CEM Cuautitlán Izcalli, Edo Mex.
12 de Noviembre de 2014

Los Obispos de México decimos: ¡Basta ya! No queremos más sangre. No queremos más muertes. No queremos más desparecidos. No queremos más dolor ni más vergüenza.
 

Pietro Parolin, el cambio comienza

Pietro Parolini, como nunicio en Venezuela

El pasado sábado la Santa Sede anunció que Francisco Papa nombró a Pietro Parolini (Schiavon, Vicenza, Italia. 17 de enero de 1955), nuncio en Venezuela desde 2009, secretario de Estado del Vaticano a partir del próximo 15 de octubre, en sustitución del salesiano Tarcisio Bertone. Este cambio se da en la víspera de que Francisco Papa reciba del consejo de los ocho cardenales que nombró en cuanto asumió su pontificado la propuesta de reformar la Curia Vaticana, o gobierno central de la Iglesia católica.
Para los observadores vaticanos, este nombramiento, además de ser el fin de la era Bertone (complicado y cuestionado), representa un giro para reivindicar la diplomacia vaticana con diversas implicaciones: un secretario de Estado que viene de la “periferia” pero que conoce las entrañas de la Iglesia, donde la italiana es clave; más que un replanteamiento y resurgimiento de un operador geopolítico, apuntará a un cambio interno del Vaticano y su Curia; ya no será un “vice Papa”, como en otrora, sobre todo con Bertone, sino un funcionario que ordene la nueva Curia bajo las directrices que dicte Francisco Papa con su consejo.
Gobierno y administración vaticana serán pues centrales para Parolini, que sobre la mesa está el Instituto para las Obras de Religión (IOR), mejor conocido como el Banco del Vaticano, su limpieza de corrupción y lavado de dinero e incluso refundación para que deje de ser un banco en el sentido mercantil.
Pero el cambio de fondo de la Iglesia se espera en la reforma de la Curia Vaticana. Ese cambio planteado desde el Concilio Vaticano II, iniciado por Pablo VI, desarrollado por Juan Pablo II, pero inconcluso y subordinado a intereses de grupos económicos y políticos, pervirtiendo al resto de la Iglesia.
Un gobierno colegial en la línea del Vaticano II, prevén algunos, será el eje que proponga el consejo de cardenales a Francisco Papa, que propicie una mayor participación de obispos y conferencias episcopales en las decisiones centrales, para que de Roma venga lo que a Roma va. Un nuevo modelo de Iglesia que implicaría modificar las formas y modos de gobiernos en diócesis y parroquias. Un modelo, que en Guadalajara el arzobispo y cardenal Francisco Robles Ortega podría desarrollar ahora que se plantea una reforma profunda en la Iglesia tapatía.
 

El primer año de Robles Ortega


Rubén Alonso


José Francisco Cardenal Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara

El pasado 7 de febrero, José Francisco Cardenal Robles Ortega (Mascota, Jalisco, 2 de marzo de 1949) cumplió un año de asumir la conducción de la Arquidiócesis de Guadalajara, luego de que el papa Benedicto XVI lo preconizó para dicha Iglesia particular un mes antes, trasladándolo del Arzobispado de Monterrey, Nuevo León.
Desde fuera, lecturas sobre su actuar público se han reducido para tratar de ver en él desde vínculos con el nuevo Ejecutivo Federal, Enrique Peña Nieto, asegurando algún vínculo con el Grupo Atlacomulco en el Estado de México, sólo por el hecho de haber estado como obispo en Toluca durante casi doce años, pero sin mostrar algún elemento que así lo sea; o bien, realizar contrastes con su antecesor, Juan Cardenal Sandoval Íñiguez, en particular su personalidad (estilo de conducirse en público y ante los medios).
Robles Ortega, en Guadalajara, forma más bien parte de un movimiento de política eclesiástica, de contra pesos al interior del EpiscopadoMexicano (CEM). De Roma vino lo que a Roma fue (su promoción a Guadalajara). El Episcopado, en cambio generacional luego del Pontificado de Juan Pablo II, cambia de estrategia para atender asuntos nacionales que están en su agenda: educación, avance de nuevos grupos religiosos y medios de comunicación.
En el Episcopado cambian de centro gravitacional, como ha sucedido en momentos cruciales de la historia mexicana, sacando a la ciudad de México, con su arzobispo titular, al punto de atención. Esto se muestra al volver en el titular de Guadalajara la presidencia del propio Episcopado, con lo que se busca una nueva integración de obispos, más que una cabeza. Así como en la Iglesia el Papa es primus in pares con todos los obispos del orbe (primero entre iguales), en los episcopados locales se da algo similar (aunque no en el sentido del Obispo de Roma, con implicaciones teológicas y disciplinares).
Por otra parte, y con mayor intensidad y atención, está la agenda local de Robles Ortega hacia la Iglesia tapatía, con implicaciones externas. En su primer año de gobierno pastoral ha realizado poco más  250 nombramientos-cambios, desde asesores eclesiásticos en grupos laicales, párrocos, vicarios, capellanes, renovación del Consejo de Asuntos Económicos, rector del Seminario, secretario Canciller. Ahí está el perfil, estilo, gobierno, agenda del nuevo arzobispo. Pero eso, amerita otro espacio.

Twitter: @jrubenalonsog


Fuente: Milenio-Jalisco
11 de febrero de 2013
URL: http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9172171
 

El VI Plan Pastoral


Fuente: Milenio Jalisco
10 de diciembre de 2012
URL: http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9166834



Apuntes

El VI Plan Pastoral


Rubén Alonso

Catedral Basílica de la Arquidiócesis de Guadalajara, Jalisco (México)


En noviembre pasado, el arzobispo y cardenal José Francisco Robles Ortega anunció y echó andar los trabajos para la realización del VI Plan Diocesano de Pastoral de la Arquidiócesis de Guadalajara, con lo que se marcarán las líneas de acción a seguir en los próximos años.

Documentos eclesiásticos directrices previos están: el II Sínodo Diocesano, que comenzó el cardenal JuanJesús Posadas Ocampo en 1989, a dos años de iniciado su ministerio en Guadalajara, pero concluido y promulgado por el cardenal Juan Sandoval Íñiguez en 1995; luego está el V Plan Diocesano de Pastoral, definido en 2008. Mientras un sínodo, aunque de carácter pastoral es más normativo y a largo plazo, un Plan Pastoral es guía de trabajo a corto plazo.

Para la elaboración del VI Plan Diocesano de Pastoral, las más de 420 Parroquias de Arquidiócesis realizan asambleas entre sus agentes de pastoral (catequistas, integrantes de movimientos eclesiales, equipos de trabajo) que deberán concluir en enero; luego, en febrero, realizarán asambleas en los 55 Decanatos e que están integradas las parroquias; en abril serán las asambleas en las quince Vicarías en que están agrupados los decanatos y del 28 al 30 de mayo será la asamblea parroquial.

El trabajo a inicial en las parroquias consistirá en “establecer el marco de la realidad diocesana” apoyados con fichas de consulta sobre la sobre la realidad social y la realidad eclesial. Los “campos” a analizar son lo económico, lo político, lo cultural, lo religioso popular y eclesial-pastoral. En específico, podrán aportar elementos sobre: empleo, salarios, producción, servicios públicos, elecciones, partidos políticos, participación ciudadana, autoridades y servidores públicos, educación, medios de comunicación, costumbres, piedad popular, sectas, movimientos religiosos y pseudoreligiosos, esoterismo, equipos de liturgia, coros, acólitos, matrimonios, divorcio, aborto, costumbres, diversiones, ideales, liderazgos, secularismo.

Al frente de la realización del VI Plan Diocesano de Pastoral está el obispo auxiliar Leopoldo González González, Vicario Episcopal de Pastoral de la Arquidiócesis.

En la medida de que los párrocos se apliquen, con una metodología que permita la participación de las estructuras de base de la Iglesia, se tendrá un instrumento base que podrá definir rumbos de la Iglesia católica tapatía, pero también se contará con un instrumento de análisis cercano a la gente que no ofrecen las encuestas.

Twitter: @jrubenalonsog
 

Robles, al frente de la CEM

19 de noviembre de 2012
URL: http://jalisco.milenio.com/cdb/doc/impreso/9164887



Apuntes

Robles, al frente de la CEM

Rubén Alonso


José Francisco Cardenal Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara y presidente del Episcopado Mexicano


La elección de José Francisco Cardenal Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, como presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se presta para diversas lecturas con implicaciones al interior del Episcopado, como hacia fuera. Presento algunas:

1. Se anula a Norberto Cardenal Ribera Carrera, arzobispoprimado de México. Ya estaba relegado y decaído al interior y fuera del Episcopado, así como en las esferas del Vaticano, pues sus impulsores (Legionarios de Cristo) están fuera de la jugada. A pesar de que la prensa le dé “voz”, esta no es significativa para la Iglesia, incluso incomoda. Y con Carrera, ya sin carrera, Carlos Aguiar Retes, ahora ex presidente de la CEM, y otros obispos como Carlos Berlié Belaunzarán y Onésimo Cepeda. Los ciclos para ellos se han cerrado.

Entre la política secular, la del mundo, y la eclesiástica, hay una sutil pero fundamental diferencia: En la secular los políticos “muertos” resucitan; en la eclesiástica no.

2. No es lo mismo ser presidente de la CEM desde una diócesis de la “periferia” que de una de “peso histórico y político”. Guadalajara es una.

Como recordábamos la semana pasada, entre 1958 y 1982, la presidencia de la CEM recayó en los obispos de Puebla, Guadalajara y ciudad de México. Antes, por el número de clero propio y promoción de obispos para el país, y que se notó en las negociaciones del conflicto religioso de comienzos del siglo XX, sin que existiera una conferencia de obispos como tal, esas diócesis junto con Morelia, conducían los destinos de la Iglesia católica en México.

A partir de 1982, con la elección de Sergio Obeso Rivera como presidente de la CEM, el Episcopado optó por centro de gravitación fuera de las Iglesias tradicionales o “pesadas”. Se ingresaba a la etapa del reconocimiento de Iglesias creando entornos de poca “presencia” para facilitar los diálogos.

Ahora, las condiciones han cambiado y la CEM opta por “fortalecer” su presencia a través de una, si no es que la más importante diócesis del país con clero y promoción de obispos, frente a un gobierno que regresa, el PRI.

Pero no es todo. El nuevo presidente de la CEM, Robles Ortega, de estilo prudente, llega además de lo anterior, con vínculos más que fuertes desde el Vaticano.

Así las cosas, el próximo gobierno federal tendrá que ser más que fino. El Episcopado se ha reagrupado.

Twitter: @jrubenalonsog
 

La sucesión en el Episcopado


URL: http://jalisco.milenio.com/cdb/doc/impreso/9164225
12 de noviembre de 2012

Apuntes

La sucesión en el Episcopado

Rubén Alonso


Asamblea del Episcopado Mexicano
Este mes, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) realizará su XCIV Asamblea Plenaria, teniendo como punto central la renovación de su presidencia, su consejo integrado por representantes de las 18 provincias eclesiásticas (zonas que agrupan a diversas diócesis del país), así como a los encargados de las diversas comisiones de trabajo pastoral.

La sucesión que está en puerta se da en circunstancias diferentes, marcando retos de cambio para el Episcopado Mexicano. Mencionaré algunas: Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla, concluye su segundo trienio consecutivo y por estatutos no puede ser reelecto. Los otrora obispos “influentes” en el Episcopado o ya son eméritos o han visto menguada su poder e influencia ante  cambios generacionales o aplicación de nuevas políticas desde el Vaticano vía nuncio Pierre Christophe. Además, la alternancia en la Presidencia de la República, con el regreso del PRI, pone a los obispos ante nuevos dilemas que implican el reagrupamiento.

Entre los “mencionados” a suceder a Aguiar Retes, están el arzobispo de Tuxtla Gutiérrez y actual Vicepresidente del Episcopado, Rogelio Cabrera López, recién nombrado arzobispo de Monterrey (3 de octubre de 2012) y que tomará posesión el próximo 5 de diciembre. (Con Cabrera López en Monterrey, además, Aguiar Retes quedó “relegado” de posibilidad para el Papa lo nombre cardenal); y junto a él, con más trayectoria eclesiástica y “visto bueno” en el Episcopado y fortalecido desde el Vaticano, el arzobispo deGuadalajara, José Francisco Robles Ortega. En segundo término, se mencionan al arzobispo de Puebla, José Víctor Manuel Valentín Sánchez Espinoza; y a Gustavo Rodríguez Vera,  obispo de Nuevo Laredo.

A excepción de Rodríguez Vera, el resto de los “candidateados” por los obispos, presiden diócesis que en otros momentos sus titulares han sido presidentes de la CEM. Monterrey, con Adolfo Antonio Suárez Rivera de 1988-1994 en el sexenio de Carlos Salinas y momento del reconocimiento de las Iglesias y restablecimiento de relaciones; en tanto, Guadalajara y Puebla, sus obispos titulares encabezaron a la CEM cuando el liderazgo de la Iglesia católica en México entre 1958 y 1982  giró en la “trilogía” de la ciudad de México con Ernesto Corripio, Guadalajara con José Garibi y José Salazar, y Puebla con Octaviano Márquez.

Twitter: @jrubenalonsog
 
 
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