A partir de los 90’s, con un reclamo y participación activa de organizaciones ciudadanas que desbordaban a las instituciones públicas por su incapacidad de hacer lo que les corresponde, desde la conducción de procesos electorales, el respeto y promoción de derechos humanos, hasta garantizar el derecho a la información a comienzos del siglo XX, se han creado instituciones “ciudadanizadas”, pero atentando contra las instituciones que las generan, la naturaleza de lo ciudadano y la finalidad de las mismas.
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Las trampas ciudadanas
A partir de los 90’s, con un reclamo y participación activa de organizaciones ciudadanas que desbordaban a las instituciones públicas por su incapacidad de hacer lo que les corresponde, desde la conducción de procesos electorales, el respeto y promoción de derechos humanos, hasta garantizar el derecho a la información a comienzos del siglo XX, se han creado instituciones “ciudadanizadas”, pero atentando contra las instituciones que las generan, la naturaleza de lo ciudadano y la finalidad de las mismas.
En la agenda del ITEI
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Al centro, el consejero presidente del ITEI saliente, Jorge Gutiérrez Reynaga, en el pleno del consejo |
El próximo domingo 30 de junio, a más tardar, el Pleno del Congreso del Estado deberá elegir a un consejer@ con su respectiv@ suplente para el Instituto de Transparencia e Información Pública del Estado de Jalisco (ITEI). La decisión será entre tres: Alfredo Delgado, Cinthya Cantero y Héctor Ontiveros. Los tres conocen al ITEI por dentro desde sus orígenes; tienen conocimiento probado sobre el tema; han observado al ITEI desde otras trincheras.
El periodo para el que algun@ será elegid@ será del 2 de julio próximo al 1 de julio de 2017. Será el tercer@ que encabece el aún joven instituto. En lo personal, estimo como apremiantes los siguientes puntos para la agenda del ITEI:
Autonomía y libertad ciudadana. El ITEI es un órgano de Estado, concebido con carácter ciudadanizado. Su autonomía se construye desde su naturaleza constitucional (de iure), pero su vida autónoma se edifica y desarrolla desde la parte constitutiva y fundante del Estado: el ciudadan@. No son contrapuestos, pero si en tensión permanente (que no quiere decir conflicto), pues al ser un órgano garante de derechos fundamentales ante el ejercicio del poder público, éste reacciona auto protegiéndose. Pero el reto del ITEI no es autonomía y libertad ante el poder público, sino ante el poder de facto, el que está sin reglas y que incide, controla, somete al poder público. Y para librarse de él, el mejor aliado es el (la) ciudadan@, el (la) organizad@ y el (la) no organizad@; el (la) que tiene agendas públicas, no agendas ocultas.
Purgar al ITEI de la judialización del derecho a la información y transparencia. Con la actual ley y la estructura operativa del ITEI se ha hecho de este una especie de órgano parajudicial hasta en las formas: el presidente saliente diseñó el salón del plenos del Consejo (órgano colegiado) en forma de tribunal de alzada; se preocupan más por las formas sujetas a normas administrativas para el acceso a la información que en el fin de la propia norma: que cualquier persona acceda, disponga, use, difunda lo que es suyo: información pública. Descargan las formas en el ciudadano(a) y no ayudan.
Lo anterior, implicaría una reingeniería y purga del ITEI, y a la par un cambio de visión y actitud, tan evidente-transparente en alianza ciudadana (ninguneada, menospreciada, anulada por el presidente saliente) que reconstruya confianza en función de su fin: garantizar el derecho a la información.
Fuente: Milenio-Jalisco
24 de junio de 2013
La carne de burro no es transparente
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Al centro, diputada presidenta de la Comisión de Participación Cudadana |
La elección del presidente del Instituto de Transparencia e Información Pública del Estado de Jalisco (ITEI) entró a una fase crítica y definitoria. Previsible, sí; deseable, no. Previsible por algunos actores que intervinieron y manotearon, incluso por aspirantes; deseable, no, porque en juego estaba el rescate de lo pervertido, lo perdido, la garantía del derecho de acceso a la información.
La integración de órganos de Estado es una de las tareas sustantivas del Poder Legislativo, en particular del Congreso. Así está diseñada nuestra estructura política. Otra cosa sería revisarla y replantearla. Pero, mientras, así está. Todos podemos opinar y participar en los procesos, máxime cuando estos son fundamentales en una sociedad que se concibe democrática, pero no perdamos de vista que al final de un tramo, alguien tiene que tomar la decisión y afrontar la responsabilidad de la misma, porque lo que es exclusivo de todos, termina siendo de nadie.
La elección del presidente del ITEI, como ha sucedido en lo Electoral y Derechos Humanos, se pervirtió y se pervierte constantemente con la intervención de actores ajenos como los partidos políticos y agentes que lo controlan desde los llamados poderes fácticos (esos que deciden y no rinden cuentas, pues no operan en la luz ni con reglas publicas).
El factor de plazas y presupuesto que significa para esos actores en la integración de órganos concebidos como “ciudadanos” o “ciudadanizados” ha hecho de éstos botín, extensión de las estructuras burocráticas y de control político.
La estrechez de mira, la incapacidad, la testarudez, la soberbia, factores de la naturaleza humana que indicen directamente, complican los procesos reglamentados. No participaré, sí participo, repruebo una evaluación, se conoce públicamente el resultado, y al tocar mi orgullo (falsa dignidad), hago berrinche y pongo una vez más en entredicho el todo por el capricho individual. Estimo que con lo que sucedió esta semana al conocerse los resultados del examen a los aspirantes a consejero presidente del ITEI evidenció lo ya conocido: la carne de burro no es transparente.
Aún es tiempo de salvar el proceso de elección de presidente del ITEI. Dejemos a los observadores y diputados que asuman su responsabilidad, y por un mínimo de decencia, hacer (se) a un lado lo individual por el bien general, el común. El derecho a la información está en juego.