El periodismo es periodismo, sin adjetivos; y ser
periodista es una vocación, más que una profesión, que pocos la llevan dentro y
la ejercen públicamente. El periodismo es un terreno no apto para cínicos,
diría Ryszard Kapuściński; es pasión por la verdad, diría Javier Darío Restrepo;
es vivir y soñar despierto por la búsqueda de la verdad, la justicia y
comunicarla; es develar y revelar lo que el poder, cualquiera, quiere mantener
en secreto.
La semana pasada nos enteramos de la decisión personal de
Felipe Cobián Rosales sobre su salida de la revista Proceso. 39 años de
periodismo en ella, desde su fundación y primer número el 6 de noviembre de
1976, cuando agonizaba el régimen de Luis Echeverría Álvarez.
El periodista Felipe Cobián fue además corresponsal de Excélsior,
el de Julio Scherer García, y con él y el resto del equipo central (Vicente
Leñero, Miguel Ángel Granados Chapa, Enrique Maza, Carlos Marín, Rafael
Rodríguez, entre otros), fue el único corresponsal de ese diario que emprendió
el "éxodo" a la libertad de expresión, tras la intervención de
Echeverría Álvarez (8 de julio de 1976). Su trayectoria, así, suma más de 40
año años de periodista, sin adjetivos, y lo erige como "Decano de los
Periodistas en Jalisco".
Pero más que ello, muestra en su vida y trayectoria la
vocación por el periodismo que no se constriñe a plataformas como el papel, la
radio, la televisión, y ahora la Internet, sino que las usa para hacer
periodismo; el periodismo que emplea plataformas como medios de comunicación, que
en su naturaleza tiene binomios inseparables: periodista-libertad; periodista-verdad;
periodista-responsabilidad, construyendo noticias.
Felipe Cobián muestra que no puede haber periodistas, ni
se puede hablar de periodismo, con tufo de poder y dinero ("De eso he vivido, o he sobrevivido": Revista Colibrí, 25 de febrero de 2015); que jamás el periodismo será para hacer
dinero, y quien lo hace, en ese momento traiciona el periodismo. El periodismo requiere
de una empresa para hacer periodismo, y sólo para ello; pero cuando la empresa
es para hacer negocio con el periodismo, éste quedará subordinado y desnaturalizado.
Felipe, periodista de una pieza, de vocación
irrenunciable a pesar de que el poder se enoje, se moleste, persiga, intimide, acose
y mate, muchas gracias.
Publicar un comentario