La libertad, en todas sus formas, siempre es frágil y está expuesta permanentemente a su anulación, máxime por parte de quien o quienes tienen o ejercen poder también en todas sus formas. La libertad se ejerce, construye día a día. No es sólo una conquista, pero sí implica luchas intensas en momentos específicos, como los que ahora se viven con los proyectos de Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (TELECOM).
Dos dimensiones y condiciones
de libertad están en juego en la construcción de ley reglamentaria de los
principios constitucionales en materia de telecomunicaciones y radiodifusión,
establecidos en el artículo 6° de la Constitución Federal: libertad de mercado
y libertad de expresión-contenidos, que quedarán conculcados, anulados, en caso
de proceder la iniciativa de Enrique Peña Nieto (ver http://goo.gl/mO6bpR) y el
proyecto de dictamen, de albazo, del senador Javier Lozano (ver
http://goo.gl/UX5fp1).
La libertad de mercado exige
como principio condiciones en la que todos, desde su propia naturaleza
(concesionarios), cuenten con las mismas condiciones de participación en el
servicio público de telecomunicaciones. Propuestas como las presentadas, donde
se privilegia de entrada a quien cuenta con el capital, anula de entrada la
apertura, y la libertad de participación en el servicio es de letra. Y este es
el punto nodal tanto de la iniciativa como del dictamen, hecho a modo para el
que tiene el poder y control de las telecomunicaciones y radiodifusión.
La libertad de contenidos pude
verse en doble vía: desde lo tradicional en comunicación donde hay un emisor y
un receptor cuando, y desde el modelo de comunicación ya operante donde el emisor es a la vez receptor y viceversa.
Es en esta dimensión de la libertad, también consecuencia de la anterior, donde
la reacción pro libertar ha sido más notoria. Sí, está en juego que con “orden
de autoridad competente” se pueda restringir y anular contenidos (comunicación) a través de Internet, pero además está la
participación de Gobernación como vigilante y supervisor de contenidos,
“dobleteando” y así menguar al Instituto Federal de Telecomunicaciones
(propuesta de Javier Lozano) con intención de conciliar la iniciativa de
Enrique Peña donde sólo Gobernación “vigila” y “supervisa”. En cualquiera de
estas dos formas iríamos en regresión.
Es tiempo de preservar la
libertad...
Twitter:
@jrubenalonsog
Fuente: Milenio Jalisco 28 de abril de 2014
URL: http://www.milenio.com/firmas/ruben_alonso/Telecom-libertad-contenidos_18_289351116.html
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