Rubén Alonso
Benedicto XVI |
El obispo de Roma, Benedicto
XVI, primus inter pares (primero entre iguales) en la Iglesia católica,
adelantó el proceso de sucesión en la cátedra de Pedro que al menos desde hace
dos años se había intensificado. En lugar de atestiguar desde un proceso
personal, humano en declive, cómo grupos tomaban el control del gobierno
ordinario de la Iglesia católica desde el Vaticano; antes de que algún grupo
“amarrara” una sucesión, sorprendió con su renuncia, precipitando hechos.
La decisión de Benedicto XVI
en sentido estricto no es sorprendente; antes bien es congruente de un hombre
de Iglesia, profundo de fe y racional; en él se muestra un equilibro entre fe y
razón; no por algo se vio su mano en la encíclica Fides et Ratio de Juan Pablo
II (14 de septiembre de 1998:
www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/hf_jp-ii_e...).
“Después de haber examinadoante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por laedad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministeriopetrino”, anunció el pasado 10 de febrero (www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2013/february/documents...).
Examen, conciencia y certeza,
ante Dios, para una decisión personal (“con plena libertad”) sobre una
responsabilidad. Quien haya tomado decisiones conjugando estos elementos, no
tiene más que guardar silencio, reconocer, respetar y solidarizarse. En la
historia personal de cada individuo hay momentos en que se toman decisiones que
cambian y reorientan la vida personal y la de otros; en determinadas
circunstancias más la de otros. En el caso de Benedicto XVI, por su
responsabilidad, pesó más lo de otros, lo de la Iglesia misma, haciendo de su
decisión un acto profundamente generoso, humilde, poco comprensible en la
vorágine, emotividad e intensidad del mundo actual. No es fácil, no es
sencillo.
¿Y por qué Juan Pablo II no
hizo lo propio? Porque era otro individuo que atendió a su propia conciencia
(ese santuario personal donde sólo Dios y la persona tienen cabida) en
circunstancias completamente distintas. No cabe una comparación simplista.
Benedicto XVI, considero, se
erige como paradigmático en la toma de decisiones.
http://twitter.com/jrubenalonsog
Fuente: Milenio-Jalisco
18 de febrero de 2013
URL: http://jalisco.milenio.com/cdb/doc/impreso/9172811
Publicar un comentario