Carlos Núñez Hurtado (1 de enero de 1942) es: “Un ser humano
frágil, pero muy terco. Muy esperanzado, creativo y seguro que lo que sueña se
puede realizar”. Así se autopresentó, a pregunta expresa, en una entrevista que
le realizaron en Paraguay (30 de noviembre de 2005). Y lo es.
Con ocasión de los 44 años del Instituto Mexicano para el
Desarrollo Comunitario (IMDEC), a Carlos, su fundador, se le reconocerá su
aporte y trayectoria el próximo 8 de noviembre en el Centro de la Amistad Internacional
a las 17:00 horas.
Carlos-Graciela. El binomio comprometido. Sin Graciela, no
es posible conocer y saber quién es Carlos; y con ellos, el fruto de su amor
con Juan Carlos, Marisa y Marimar, sus hijos(as): Con Graciela, Carlos
emprendió una aventura, un compromiso que continúa: la educación popular, que
retomó de Paulo Freire, pero reconstruyó creativamente en una nueva pedagogía.
Carlos-Graciela, con sus pequeños hijos(as) optaron, no como
sacrificio, sino como ofrecimiento, caminar al lado de aquellos con quienes ya
convivían en la más que periférica de los años 70 colonia Santa Cecilia.
Carlos, arquitecto, optó con Graciela por cerrar su despacho
de arquitecto, y caminar y vivir en la periferia, construyendo personas,
colectividades. Hoy parece romántico, pero en las circunstancias de los 60 y 70
era un reto de pérdida total. No permitieron que la lógica de la garantía económica
ganara sobre la del compromiso social.
Carlos-Graciela y otros, a finales de los 60 emprendieron
una tarea que hoy cumple 44 años, el IMDEC, una de las primeras ONG a escala
latinoamericana y mexicana, y la primera en el Occidente. Una ONG que en la Guadalajara de
entonces nació sin “padre asesor”, pues sus “padres” eran ellos mismos con quienes
se comprometían: los de la periferia. Una osadía de entonces dio frutos.
Carlos “pedagogo latinoamericano”. La ironía, pero más la mezquindad que en
ocasiones nos caracteriza en México, no nos permite apreciar lo nuestro.
Carlos-Graciela es reconocido en Uruguay, Perú, Brasil, Chile, Argentina,
Panamá, Nicaragua, Costa Rica, Cuba, por citar algunos países como “pedagogo
latinoamericano”. Aquí, nos encandilamos con luces fugaces que no nos dejan ver
lo nuestro.
Carlos, como canta Mecedes Sosa, de Maria Elena Walsh
(1972): “A la hora del naufragio / y la de la oscuridad / alguien te rescatará
/ para ir cantando”, como la cigarra.
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